Saturday, April 3, 2010

Las que soy


Víctima de una alergia adquirida al polen o a los robles que me produce olas interminables de estornudos, me tomo una pastillita de Claritin (y ya sabemos que la industria farmacéutica en este país sigue siendo experimental, en el sentido más peligroso del término). Caigo fatalmente dormida.

Sueño que tengo una empleada a quien puedo encargarle con toda confianza el menú de la semana. La mujer tiene colmillos de vampira y habla un idioma que no comprendo. Es una relación un poco friqui. Ni qué decir de las garras curvas con las que sazona sanguinolentos trozos de carne. Pero estoy tan desesperadamente agradecida que no me importa si sirve coágulos temblorosos a la crema. Despierto entre el alivio y la desilusión. Mis sueños mojados de ahora son los patéticos remanentes de una exburguesita que no se ha liberado del todo.

Y aunque me da un poco de pudor, necesito confesar mi estrategia de supervivencia a esa terca nostalgia de la “antigua vida mía”. Cada vez que me agrede la torre de platos sucios, la necrofilia gélida de la heladera con sus paquetes de bifes duros y papas precocidas, busco en mi clóset emocional –ahora que está tan de moda sincerarse, abrir el clóset- mi disfraz imaginario de criada mexicana. ¿Por qué no una “criada boliviana”? Quizás porque no se ha trabajado demasiado desde la ficción ese papel; en cambio, ser una “criada mexicana” tiene lo suyo. Conocer los secretos horribles de la familia, las traiciones, los amores prohibidos, tener a mano el frasquito de veneno o somnífero hipnótico, susurrar amenazas, calarse las finas medias nylon de la señora, ¿no es acaso encantador?

Entonces me llamo “Nati”. “Vamos Nati”, me digo, voluntariosa, renunciando incluso a los guantes amarillos de cirujana. Yo quiero el contacto violento con los restos de comida, el anticipo de su putrefacción, el falso consuelo higiénico del detergente, el revoltijo conmovedor de colchas y almohadas. “Yo sé todo de vos, chiquita”, le digo a Irene, amenazadora, “y te vas a tragar todo el plato”.

Cuando termino los quehaceres, cuelgo mi delantal imaginario en mi clóset de supervivencia y me despatarro en el sofá, por fin a solas. A solas con “Papi”. Rita Indiana Hernández me ha estado esperando desde hace una semana y está mal ser descortés con visitas tan gratas, sobre todo si provienen de la más alta literatura.

9 comments:

  1. Jajaja..
    Solo vos.
    Nati querida: ilumíname!
    Es mucho amor para todo...amor para los platos, para Rita Indiana Hernández, para soñar con la "criada boliviana"...para despertarse cada día y seguir.

    Qué bello leerte.

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  2. Pao!!

    Vos tb tenés tu clóset imaginario... Yo lo sé bien. Lo lindo es coleccionar disfraces que lo contradicen a uno, viajar al anti-ego.

    Un beso inmenso!

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  3. Gio, gio, cómo me gustó esta crónica, divina, poesía para la vida cotidiana, eres admirable.
    Y empatía total, odio la Nati que hay en mí o en mi clóset, pero muchas veces, pocas en realidad (desde las 18:30 hrs. en la semana, los domingos, los feriados y las vacaciones), me personifico en ella y oscilo entre hacer con amor la cosas de los míos (pañales, comida, ropa limpia, baños con burbujas, alimentación y limpieza de perros, también) y dejar que esa nati envidie a esa otra que lee, escribe, trabaja en lo que le gusta, hace clases, y ve obras de teatro magníficas y se queja porque le falta tiempo!!. Una a otra quieren enterrarse cuchillos pero yo no las dejo. Y me da una culpa inmensa amparada en El capital de Marx: clases, burguesía, alienación..

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  4. Sí, amada Jefta. Cuando la teoría se hace carne... duele! Pero a nosotras nos encantan los stigmatas...

    Te extraño un montón. Ahora es seguro que voy con Irene a Ushuaia. Y me quedo donde Terra el 16, no vendrías?

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  5. Gracias por la visita, Majo. Un abrazo grande!

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  6. Las de la intuición de shakira..creo que empiezo a entender despacio despacio....
    abrazos Gio

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  7. Entendés de fondo, creo yo: sólo piensa en torres kilométricas de platos sucios y Madrid extendiéndose antigua y moderna a tus pies...

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  8. Por eso ahora canto, otra de Shakira, "Te dejo Madrid", como dice la letra "...yo se que estare bien los gatos como yo caen de pie.."
    ya no quiero lavar mas platos, espero que todo mejore, espero tener un trabajo mejor.
    Abrazos Gio

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